viernes, 8 de marzo de 2013

la tristeza

Baje las escaleras rápido, una y otra, sin mirar atrás.

Al contrario de lo que imaginaba, el aire de la calle no me ayudo nada.

Nauseas y un pinchazo enorme en el estomago.

Estuve un rato parada sin saber para donde tirar... pensando en qué había comido.

Regrese a casa y en la cama me sentía a explotar.

Llore... mares y ríos...

Empece a buscar en mi cabeza la manera de transformar la tristeza, de reconvertir la energía .. de hacer mil cosas... pensé en el master, los libros, alguna frasecilla sabia...

Mi cabeza intentaba recordar algún prospecto teórico-practico con dosis de magia y milagro.

Mi cuerpo lloraba y lloraba..

al rato mi estomago mejoró.

entonces recordé que mi estomago, como un vaso también se llena.

Ya estaba vacío por un rato, era mi responsabilidad tomar medidas para llenarlo de nuevo de otras cosas.

Porque la tristeza era igual. Que manía la mía de aplazar siempre los duelos.