domingo, 3 de febrero de 2013

I crónica: el comienzo.

Y ahí estaba de nuevo, me encanta coger aviones y sentirme tipo Indiana Jones, rumbo al misterio y la aventura.
Es igual lo que vaya a hacer, el solo hecho de coger un avión ya me pone contenta, nunca sabes en qué momento te va a sorprender la vida, ampliar la circunferencia vital aumenta mi probabilidad de manera exagerada.

Así que ocurra lo que ocurra, siempre vivo los comienzos con alegría.

Y miedo. Mucho miedo.

El primer fin de semana fue como cuando te pones una canción de esas para limpiar y hacerlo muy feliz, puedo ilustrarlo:



Limpiar la casa siempre da pereza y la música ayuda.

Esa fue una de las grandes reflexiones del fin de semana, poco a poco a lo largo de la jornada me iba dando cuenta que mis días en mi zona de confort estaban contados, eso me generó un poco de agobio, lo que ocurre es que Jaume y Merce son tan buenos músicos y poetas, que consiguieron que asumiera eso completamente feliz e ilusionada con ello.

Cada frase y metáfora me hubiera dado para dos o tres días de reflexión mental, un exceso de información motivante, y el agradecimiento a todos los por qués que me habían llevado a realizar ese master.

Sentí mucha certeza de estar en el lugar adecuado.

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